Papaya Formosa
Papaya Formosa ya ha conquistado muchos paladares por su consistencia y sabor distintivo.
Formosa tiene sus orígenes en el siglo XV, cuando los colonos portugueses identificaron la variedad en Taiwán. Su nombre proviene precisamente de la palabra portuguesa que es sinónimo de “bello”. El mismo nombre se utiliza en Estados Unidos, Canadá y países de Europa.
La variedad tiene un formato más grande que las demás y, por tanto, es una opción habitual para el consumo familiar, por ejemplo. Formosa tiene pocas calorías, poca grasa y azúcar y cero colesterol. Se puede consumir en forma de vitaminas, en macedonia y sobre todo fresco.
Su pulpa rojiza indica una mayor concentración de licopeno. Este nutriente se caracteriza por ser un excelente aliado contra la diabetes, la hipertensión y el cáncer, ya que combate los radicales libres y reduce los riesgos de aparición de enfermedades crónicas. Esta variedad, al igual que las otras versiones de papaya, también ofrece toda la vitamina C indicada
para una dieta diaria, incluso en una ración de 100 g. La papaya también tiene fibra dietética y una sustancia llamada papaína que ayuda a las funciones intestinales. La presencia de carpaína hace que el consumo de papaya también sea beneficioso para prevenir enfermedades cardiovasculares.